Español Biblia online - (Versión Reina Valera 1960) La Santa Biblia - Inicio

  Gn Ex Lv Nm De Js Jue Ru 1Sm 2Sm 1Re 2Re 1Cr 2Cr Еsd Nh Еst Jb Sal Prv Еc Cn Іs Jer Lam Ezq Dan Оs Jl Аm Ab Jon Mi Nh Hb Sf Hg Zc Ml
  Mat Mar Luc Jun Hec Rom 1Co 2Co Gal Efe Flp Col 1Te 2Te 1Ti 2Ti Тit Flm Heb San 1Pd 2Pd 1Jn 2Jn 3Jn Jud Apc

2 Pedro capituló 1 - Reina Valera 1960

Reina Valera 1960 audio - 2 Pedro capituló 1 mp3

Salutación

1. Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra:

2. Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús.

Partícipes de la naturaleza divina

3. Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,

4. por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;

5. vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento;

6. al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad;

7. a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.

8. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.

9. Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados.

10. Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.

11. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

12. Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente.

13. Pues tengo por justo, en tanto que estoy en este cuerpo, el despertaros con amonestación;

14. sabiendo que en breve debo abandonar el cuerpo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado.

15. También yo procuraré con diligencia que después de mi partida vosotros podáis en todo momento tener memoria de estas cosas.

Testigos presenciales de la gloria de Cristo

16. Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad.

17. Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia.

18. Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo.

19. Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;

20. entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada,

21. porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.